Unos meses después, Shilloh supo lo que es patrullar con esa panza, correr ladrones con esa panza, estar de pie con esa panza…
Está agotada pero aún no le dan una licencia. La jefa le dijo a Shilloh que bien puede hacer como ella y trabajar hasta unos minutos antes del parto.
Shilloh: -¡Inflada! ¡Estoy inflada! ¡Qué falta de respeto! ¡Cómo no sabías que las viejitas no van a la cárcel!
Shilloh: -¡Me tienen harta! ¡Yo debería estar comiendo pasteles y viendo una novela por Tv y me tengo que aguantar todas estas estupideces!
Abuelita motochorra: -Pero nena, le va a hacer mal al bebé.
Shilloh: -Y me venís con ese cuento que ibas en moto y se te quedó enganchada la cartera de una señora y no te diste cuenta que la llevabas colgando.
Abuelita motochorra: -Claro, yo notaba, oficial, que algo me pesaba, era que se me enganchó en la mano la cartera de la señora con señora y todo. Qué cosa la gente, no largan la cartera.
7 meses y en servicio y con la misma cara de dolor de pies
Y con la misma náusea que no se va por nada
Y cansada y llorando por los rincones.
Agente Valvidia: -Así fue que entré por esa puerta y se me cayó un brazo en la cabeza. Por suerte llevaba la gorra. Y cuando veo el brazo, se ve que las uñas le habían crecido luego de cortado porque eran larguísimas.
Agente Molinari: -¡Me muero si me pasa eso!
Agente Valvidia: -Y ahí vino el Teniente Carter cuando escuchó mis gritos y dijo que un bracito no era nada y se lo llevó bajo el brazo.
Agente Molinari: -Qué suerte la tuya haber ido con el teniente Carter.
Agente Valvidia: -¿Por qué te pensás que grité tanto?
Intendenta en Jefe: -¿Y ahora qué quiere Agente Larsson?
Shilloh: -Yo, quería pedirle un permiso de maternidad.
Intendenta: -¿Qué ya tiene contracciones de parto?
Shilloh: -En dos meses…
Intendenta: -Vuelva en dos meses y vaya a trabajar. Quiero resultados del caso y hace dos días que no me aporta nada. ¿Qué le pagan para comer acá? ¿Qué esto es un restaurante?
Shilloh: -Tengo hambre, ahora como por dos.
Intendenta: -Yo cuando estaba embarazada, comía y trabajaba, corría delincuentes, cerré muchos casos… ¡Qué buenas épocas!
Shilloh: -Sí, ¿no me ve que yo la estoy pasando bomba?
Shilloh pensando: -Si no fuera porque no entro más en la fuerza policial, la mando al carajo.
De camino al patrullero para salir a patrullar.
Fernando visitando a la abuela, mejor dicho, lo dejaron al cuidado de la abuela. Un mellizo en un lado, otro mellizo en otro porque juntos son insoportables.
Agente Larsson: -Venga las manitos para las pulseritas.
Eva: -¡Qué porquería! Soy menor de edad.
Agente Larsson: -Para pintar la escuela con consignas contra el director no sos menor, ¿no?
Agente Larsson: -Vamos al papeleo rápido que estoy cansada, tengo hambre y tengo que ir al baño a orinar de nuevo.
Eva: -Yo tengo cita con novio así que apurate.
Agente Larsson: -¡Cómo que apurate! Pendeja maleducada. Insulto adolescente. Mamarracho educativo. Rebelde sin causa. Pseudoanarquista descerebrada.
Lombriz de agua.
Eva: -Pero… las lombrices son de tierra.
Agente Larsson: -¡Si yo digo que son de agua, son de agua! Contestadora nata. ¿A ver? Sabelotodo de enciclopedia Larusse. Nombrame la capital de Horositia.
Eva: -¿Nueva York?
Agente Larsson: -Con que tiro cualquiera y por ahí la pego. No. No existe un lugar llamado Horositia. Me lo acabo de inventar.
Eva: -Decir mentiras está mal.
Agente Larsson: -¡Qué bien que entiendas de moral! Ahora, sin metiras. ¿Quién pintó la pared de la escuela insultando el director?
Eva: -No me acuerdo. Las lombrices de agua no tenemos cerebro.
Pobre Agente Dorosita. Ayer nomás estaba planeando el viaje que haría cuando se jubilaría el mes entrentante.
Agente Anselmo: -Pobrecita. Iba a bailar hula hula en hawai y hasta se había confeccionado una pollerita con la cortina de tiritas del despacho. No saben lo bien que bailaba por su edad…
Parca: -Listo, me la llevo.
Intendenta: -¿No podemos hacer una excepción, digo, unos simeleones y nos la dejás hasta que vuelva de su viajecito? Nosotros juntamos para el resucite de la Dorosita.
Parca: -Cómo odio a los sobornadores.
Intendenta: -¿Soborno? ¿Quién dijo soborno? No, dije colecta.
Shilloh ascendió a detective gracias a haber resuelto muchos casos menores. Ya casi de parto, y todavía trabaja.
Caleb: -Hola, preciosa.
Shilloh: -Gracias, amor.
Caleb: -No te dije a vos, le estoy hablando a mi hija.
Y Nesa ahora quiere salir a trotar y no llega ni a una cuadra.
Caleb: -¿Y te dieron la licencia de maternidad?
Shilloh: -Sí, ¿no me ves la cara?
Roberto: -Mamá me mandó a buscar pastelitos de chocolate. Dijo, gratis que es para la familia.
Caleb: -Veremos si la familia nos pone un plato de comida cuando estemos fundidos.
Shilloh: -¿No te conozco?
Eva: -No, yo no te vi nunca.
Shilloh: -Ya sé quien sos. La lombriz de agua. Ni se te ocurra pintarnos la pastelería.
Degustación gratis, pasen y morfen sin pagar pero eso sí, comen uno y compran cinco.
Morfar: comer con desesperación en argentino.
Y llegó la hora a las 3 am, linda hora para arribar.
Médica entrando: -Acuéstese que ya estoy con usted.
Shilloh: -Es mi primero y estoy aterrada.
Médica: -No se preocupe, yo me recibí ayer, fue el sueño de mi vida ser médica y mire, tengo 81 y lo logré.
Shilloh: -¿Qué es nueva?
Caleb: -No te preocupes, yo estaré cerca.
Caleb: -¡Por dios! ¡Sangre! ¡Me desmayo!
Enfermero: -Tranquilo. Yo soy especialista en pánico parental masculino. Respire hondo y piense en algo lindo.
Bienvenida a la familia Tillie Larsson Geraint.
La pastelería al paso a punto de abrir y probando los nuevos brownies.
A pedido de los clientes, un espacio para setarse más cómodos porque las sillitas de madera dicen que son muy duras si se piensan quedar todo el día en la pastelería que más «al paso» parece la pensión de Caleb.
Ampliaron con una heladera más y tienen proyectado remodelar la cocina.
Domingo en familia y pasteles Caleb. Eva, la adolescente que Shilloh detuvo por pintar guarradas contra el director, pasa a diario por la casa con la excusa de no tendría un pastelito gratis.
El tío Adam, el marido de Neda, dando la mamadera a Tillie.
Uno de los mellizos de Neda, Eva y Magda sarandenado el esqueleto.
Unos años después: la Tillie. Es alegre, creativa pero se lleva fatal con los otros niños a quienes siempre les está molestando con burlas o con bromas demasiado pesadas. En la escuela le dicen «la hija del demonio».
Y allá va, haciéndose la santa luego que pusiera sal a la camada de pastelitos del padre.
Tillie: -Yo no fui abuela, para mí que fue mamá.
Nesa: -Nena, mirá que ponerle sal a los pastelitos. Quedaron para la basura.
Tillie: -Yo estaba tratando de limpiarlos.
En la pastelería, Nesa conoció a un caballero muy simpático quien la invitó a cenar a pero le dijo que lo iba pensar.
Shilloh: -¿Y lo vas a pensar, mamá?
Nesa: -No, me estoy haciendo rogar.
Nesa: -Al final se hizo rogar tanto que don Luis invitó a otra.
Shilloh: -Vamos, preciosa, no sabés qué ricos pastelitos hay dentro.
Eva: -Yo no fui. Mirá que poner ese perfume importado en mi mochila. Se cayó adentro.
Shilloh: -Bueno, no hay problema, querida, cuando me pregunten qué hace Eva en la celda diré que bueno, no tengo la culpa, caminaba por el pasillo, trastabilló y se cayó dentro.
Detective Brunazzo: -¿Qué está pasando?
Detective Espinosa: -Estaban sacudiendo las rejas.
Detective Brunazzo: -¿Y ahora qué?
Detective Espinosa: -El pobre hombre pide celdas para hombres.
Detective Brunazzo: -Hicimos celdas unisex porque los de derechos humanos decían que clasificamos a las personas y porque los de derechos de identidad de género digeron que eso de hombre y mujer iba en contra de las nuevas identidades.
Detenido: -No las aguanto. Esa se pone a cantar a todas horas, la otra hace maratones en la celda porque dice que sino se pone gorga y aquella de allá está montando una obra de teatro. Juro que si no me sacan, me ahorco.
Detective Espinosa: -¿Con qué?
Detenido: -¡Con el cordón del zapato!
Detective Brunazzo: -Vamos a quitarle a todos los zapatos. Lo que me faltaba. Esto parece una guardería.
Analizando unas pruebas para dar con un sospechoso de homicidio.
Shilloh: -Necesito más datos. ¿Cómo que no se acuerda?
Abuela: -No me acuerdo. No me fijé si era hombre o mujer.
Shilloh: -¿Cómo iba vestido?
Abuela: -No le digo que no me acuerdo.
shilloh: -¿Tenía boobies?
Abuela: -No le miro a la gente sus partes íntimas.
Por fin dio con la sospechosa, equivocada. Shilloh tuvo que soportar al teniente Carter gritándole desde el otro lado del teléfono y salvándole el pellejo, limpiando su expediente.